Esta es una pregunta que no solo genera curiosidad y preocupación a la nueva generación de periodistas, sino también, a aquellos que vienen por años construyendo su carrera profesional. Creo, firmemente, que a todos los seres humanos nos gustaría ser jefes y dueños de nuestras labores diarias y profesionales, pero para que este deseo se cristalice es necesario por parte de la sociedad un compromiso y respeto hacia las distintas profesiones.
Al naturalizar la típica frase "el periodismo es el cuarto poder. El que vigila a los poderes del Estado" estamos, de manera inconsciente, permitiendo que ofendan a nuestro pensamiento crítico. A raíz de esta mentira la sociedad empezó a desconfiar de esta labor, porque quienes controlan los medios de comunicación no tienen ni la más mínima idea de la esencia de esta profesión, por lo que, se viene ejerciendo una labor periodística que sigue los intereses de quienes están al frente.
Existe una precariedad de valor social y de oportunidades laborales y los periodistas buscan reflejar esta situación crítica. En 2002, María Iglesias escribió un trabajo periodístico al que denominó Precariedad laboral de los periodistas, la mordaza de la prensa libre en la que expone todas las desventajas que supone ser un periodista. Unas desventajas que tienen que ver con la situación económica, la seguridad, la expresión, el aprovechamiento estudiantil y demás casos que han hecho que esta profesión se convierta en una profunda incertidumbre.
Formar parte de un prestigioso medio de comunicación es el sueño de casi todos los alumnos de periodismo, no obstante esta aspiración no se resume tan solo en ser parte de la plantilla laboral de la empresa y añadirlo en el currículum. Tener un salario digno, trabajar con base en nuestros derechos, no autocensurarnos por las relaciones externas que tiene el medio de comunicación, tratar de cambiar la estructura de convivencia y buscar el beneficio común son unas de las principales ideas de los apasionados del periodismo.
Al presenciar todo este tipo de cambios y comportamientos, que ha traído consigo escases de oportunidades laborales y la falta de confianza de la sociedad, es cuando nace la idea de una modificación, de trabajar y hacer periodismo de forma individual representando nuestros valores, aportando ética, civismo y el bien común a la sociedad, sin embargo, está idea aún no termina siendo apreciada. El mejor ejemplo para representar esta situación es el del periodista Antonio Pampliega. Salió de España en busca de historias, se endeudó con el banco para realizar las coberturas de guerra, trabajó en el lugar de los hechos, se enriqueció de fuentes informativas, pero de esta experiencia con lo único que se quedó, con respecto a su futuro económico, era la deuda con el banco. Los medios de comunicación de España no reconocieron la labor periodística de Pampliega. El trabajo y todo lo que implicó su estancia no significa, en términos económicos, absolutamente nada. Así como Pampliega existen muchos.
María Iglesias busca a diario historias que contar, las trabaja, las investiga, pero, en ocasiones, los medios no las valoran. Quienes dirigen las empresas de comunicación quieren seguir contando a la sociedad solo lo que les interesa. "Expresamos nuestra preocupación por el deterioro de las condiciones laborales de los periodistas y trabajadores de la prensa, como consecuencia de la crisis económica y financiera de los países de la región, que se expresa en despidos masivos, inestabilidad laboral, disminución de los salarios, aumento de las horas de trabajo, apropiación de los aportes para la seguridad social, así como la utilización de estudiantes en sustitución de profesionales y la contratación de personas no idóneas para el ejercicio del trabajo profesional. El periodista es un profesional y como tal tiene derecho a un trabajo en condiciones dignas, a firmar acuerdos de contratación colectiva, a percibir salarios acordes a la categoría profesional y al respeto de sus derechos de autor. Gran parte de la crisis económica en los medios es producto de la falta de creatividad e interés de los empresarios para generar nuevas fuentes de ingresos que garanticen un periodismo de calidad y una remuneración digna a los profesionales" María Iglesias (texto extraído del proyecto Precariedad laboral de los periodistas, la mordaza de la prensa libre)